Los mayas poseían conocimientos astronómicos que hoy en día son un misterio para los grandes investigadores y científicos que estudian la vida maya. Durante más de dos mil años, las selvas tropicales y las fértiles llanuras han sido el hogar de una de las más grandes civilizaciones del mundo antiguo: los mayas.

Los estudiosos estiman que entre los años 250 y 900 dC, la población maya ascendía a entre 15 y 20 millones de personas, extendiéndose hacia el sur hasta Costa Rica y Guatemala. La evidencia arqueológica sugiere que los mayas fueron uno de los primeros pueblos antiguos en desarrollar un lenguaje escrito, usar métodos matemáticos modernos y construir enormes observatorios astronómicos de varios pisos, todo en un momento en que los europeos vivían la llamada “edad oscura”. .”

Los mayas son considerados una de las grandes civilizaciones en la historia de la humanidad, no solo por su astronomía, su astrología, su trigonometría, mientras los europeos literalmente se revolcaban en el lodo, los mayas construyeron grandes ciudades.

Pero quizás el logro maya más sorprendente fue su sistema de mapeo estelar y planetario en forma de calendario. El tiempo para los mayas era sagrado, regían su vida en torno a todos los ciclos que observaban. La cultura maya siguió el planeta Venus, las fases de la luna, los eclipses y hubo una etapa que llamaron: sincronización. Que fue que ascendieron las pléyades, se posicionaron sobre la civilización maya y que lo mejor en 72 años esa misma fecha se cubrió el día cuando iba el ascenso de los cerros, pero 72 años después se cubrió otro año, o sea , últimos 26 mil años según el profundo conocimiento del cosmos que la cultura maya había vuelto al punto de partida.

Según estudios, los mayas creían que el cielo, al igual que las estrellas, se movía en períodos repetitivos llamados: ciclos calendáricos, y que estos podían usarse para predecir eventos futuros. Uno de estos ciclos del calendario, la Cuenta Larga Maya tiene una duración de 5.125 años y finalizó el 21 de diciembre de 2012.

Pero, ¿por qué los mayas eligieron esa fecha y qué pensaban que pasaría con nuestro planeta?

Quizás la pista se encuentre en un fenómeno astronómico ubicado en el centro de la Vía Láctea, una zona donde no hay estrellas.

Conocen perfectamente la existencia de la galaxia e incluso de un agujero negro de un año luz al que llamaron la gran fisura.

La vía láctea para los mayas era muy importante, era la conexión con lo divino, con lo celestial y era lo que gobernaba de alguna manera todo en el universo, para ellos el 21 de diciembre de 2012 verían una alineación perfecta entre varias estrellas y hasta esperábamos ese amanecer como una nueva era para la humanidad, y así la dividieron.

¿Es el hecho de que el calendario largo maya terminara el mismo día que esta supuesta alineación una gran coincidencia, y esta comprensión avanzada de los ciclos celestes realmente proviene de los antiguos astrónomos mayas que observaban las estrellas solo con sus ojos?

“Los mayas adquirieron este conocimiento a través de la intervención de seres celestiales y hemos encontrado que hay referencias en casi todos los momentos en los que se hacen alusiones, precisamente a seres celestiales, a seres alados, a una intervención que no era de esta tierra”. Agregó Carlos Clemente, investigador de México.

“Un elemento muy intrigante de los mayas es cuando hablas con los grandes expertos, con los ancianos del pueblo. Te dicen que su conocimiento vino de seres celestiales, pero ¿quiénes eran estos seres celestiales? un pueblo que no conocemos o en cambio eran seres de otros mundos.” Señalo a Juan Jesús Vallejo, Director de Noche de Misterio.