La consecuencia de un cometa incomprensiblemente antiguo que había atravesado el cosmos hacia la Tierra creó un componente que posteriormente se utilizó como pieza central del broche del Rey Tut.
Pero se ha profundizado un poco en cómo exactamente este evento creó el vidrio. Ahora, científicos de Australia y Austria creen haber encontrado el método que pone fin al fenómeno.
Pequeño pero significativo
Los hallazgos en la tumba de Tutankamón fueron más grandes y un pequeño artefacto como un broche podría verse eclipsado por los objetos más pesados. Pero a menudo los objetos modestos tienen una historia más profunda de la que parece evidente a primera vista. Este broche, que se encuentra en un estado de conservación impresionante, tiene una historia tan profunda que no se podría imaginar y que salió a la luz solo gracias a una investigación exhaustiva de múltiples disciplinas. El broche contiene un llamativo escarabajo de color marrón amarillento compuesto por una piedra de vidrio de sílice amarilla obtenida de la arena del Sahara y luego moldeada y pulida por algún antiguo artesano egipcio. Es este escarabajo el que tiene quizás la historia más interesante de todas.
El broche de Tutankamón contiene la imagen del impacto del antiguo cometa
Desbloqueando las arenas del tiempo
El análisis químico reveló que el vidrio de sílice de este desierto se formó originalmente hace 28 millones de años, cuando un cometa atravesó la atmósfera terrestre sobre Egipto. La arena que se encontraba debajo se calentó a una temperatura de aproximadamente 2000 grados Celsius y dio lugar a la formación de una gran cantidad de vidrio de sílice amarillo, que se encuentra esparcido en un área de 6000 kilómetros cuadrados en el desierto del Sahara.
En 2017, este vidrio de sílice fue una de las pistas que llevaron al profesor Jan Kramers de la Universidad de Johannesburgo, Sudáfrica, y a sus colegas a un descubrimiento notable. El otro hallazgo clave fue un pequeño guijarro negro con forma de diamante, al que los investigadores llamaron “Hypatia”, que había sido encontrado por un geólogo egipcio varios años antes. Esto proporcionó las pistas necesarias para detectar el evento cataclísmico y la composición resultante del desierto.
La detección de pequeños diamantes dentro de la piedra, que son el resultado de una presión extrema, generalmente en las profundidades de la corteza terrestre, demostró que era notable. Esta piedra se encontró en la superficie y, por lo tanto, los diamantes formados fueron el resultado de un choque masivo, un impacto de algún tipo. Las conclusiones del equipo de estudio fueron que la piedra representaba el primer espécimen conocido de un núcleo de cometa (en lugar de un meteorito común) y proporcionó la primera prueba clara de que un cometa impactó la Tierra hace millones de años.