Un diminuto cráneo que data de hace 20 millones de años ha revelado nueva información sobre la evolución del cerebro en primates, incluyéndonos a nosotros mismos.
Según este descubrimiento sudamericano, el agrandamiento del cráneo se produjo de forma repetida e independiente, con reducciones de tamaño esporádicas.
La investigación completa se publicó en la revista Science Advances e incluyó un análisis exhaustivo del cráneo descubierto en las montañas andinas de Chile.
Este diminuto fósil es la única evidencia que tenemos del espécimen Chilecebus Carrascoensis.
El autor Xijin Ni afirmó que, de hecho, los seres humanos tienen cerebros muy grandes, pero sabemos muy poco acerca de cómo comenzó a desarrollarse correctamente este rasgo.