Ahora tienen diez hijos después de que la madre dio a luz a tres pares de gemelos. Según los médicos, la probabilidad de que esto suceda es de uno en doscientos mil.
Kimberly y John Alarcón, ambos de 37 años y de Nueva York, son padres de diez hijos: nueve de sus propios hijos biológicos, tres pares de gemelos y el sobrino de John, a quien también están criando. Aunque es difícil cuidar a tantos niños, lo ven como un favor y dicen que es concebible que tengan más niños en el futuro.
“Es extremadamente difícil alimentar a diez personas, y en realidad a doce, incluyéndonos a mí y a John. Cada día, consumimos una hogaza entera de pan y casi dos litros de leche. Gastamos entre $ 3,000 y $ 4,000 por mes en comida. Yo no ¡No sé cómo hacerlo!”, dijo Kimberly. Además, la realidad de que John come diferente al resto de la familia crea complicaciones.
Brittney tiene 18 años, Sarah tiene 14 años, Hunter tiene 10 años, Zoey y Zachary tienen 7, Olivia y Oliver tienen 4, King tiene 3 y Kenzy y Kenzley tienen 9 meses. A pesar de que la familia de Kim por parte de su padre tiene un historial de embarazos de gemelos, siempre se sorprendieron al saber que estaban esperando otro par de gemelos.
John explicó: “El nacimiento de nuestros primeros pares de gemelos surgió completamente de la nada y, en ese momento, nuestras vidas estaban en desorden”.
Anteriormente habían residido en un apartamento de tres habitaciones, pero debido a que requerían más espacio, compraron una casa de cinco habitaciones. Todo iba bien hasta que Kim quedó embarazada de un segundo par de gemelos. Esperaban trillizos para el tercer embarazo, pero el tercer hijo se perdió relativamente temprano.
“Muchas personas nos critican o nos menosprecian por el hecho de que tenemos diez hijos. Lo perciben como una carga, pero nosotros lo vemos como una bendición. John dice: “Estamos muy agradecidos por lo que tenemos. ”
Kim es cosmetóloga y peluquera, y John es detective; sin embargo, muchas personas creen que dependen de la asistencia pública y varios individuos las critican, lo cual es muy lamentable para la madre. Lo que más le duele es cuando la gente hace comentarios crueles sobre su apariencia, como preguntar qué ve su cónyuge en ella y afirmar que debe ser ciega.
Sin embargo, las críticas y los comentarios crueles son secundarios, y la familia lleva una vida muy feliz, a pesar de que todos los días enfrentan nuevos obstáculos. Kim y John comparten los deberes para que ambos puedan descansar un poco y afirman tener un régimen, aunque no siempre lo siguen.
Cuando toda la familia viaja junta, generalmente toma una hora antes de que todos estén listos para salir de la casa. No obstante, tratan de hacer la mayor cantidad posible de estas excursiones y, cuando pueden, también cenan juntos, lo que Kimberly aprecia mucho porque la libera de la carga de cocinar y lavar los platos.
Respecto a los comentarios crueles, la madre cree que solo la hicieron más fuerte, por lo que agradece las críticas.