Salomé Larrea, con su exuberancia juvenil y su energía contagiosa, se embarca con entusiasmo en un viaje a la playa, su emoción palpable mientras avanza hacia la resplandeciente costa.
La anticipación en su paso es inconfundible, cada paso revela su entusiasmo por abrazar las alegrías que le esperan en la orilla.
A medida que se acerca a la playa, su vibrante personalidad brilla. Sus ojos brillan con la emoción de la aventura que se avecina y su comportamiento alegre es un reflejo de la alegría que siente ante la perspectiva de pasar el día junto al mar.