Chelsea Torres, una mujer de 30 años de Blackfoot, Idaho, desafió las probabilidades cuando sus hijas gemelas unidas, Callie y Carter, sobrevivieron más allá de la advertencia inicial de los profesionales médicos de que no vivirían mucho.
A pesar de la predicción de los médicos, las niñas ahora están prosperando a la edad de seis años y han alcanzado un hito significativo al comenzar el jardín de infantes.
Callie y Carter están conectados desde el esternón hacia abajo y comparten el hígado, el tracto intestinal y la vejiga. Si bien cada uno tiene su propio corazón y estómago, sus mitades inferiores están fusionadas.
A pesar de su anatomía única, tienen sus propias personalidades, gustos y disgustos, como cualquier otro niño.
Chelsea quiere que la gente entienda que sus hijas son simplemente niñas normales que se encuentran en una circunstancia inusual. Asisten a la escuela, participan en fisioterapia y se involucran en actividades regulares como andar en bicicleta.
Callie se describe como “muy femenina”, mientras que Carter tiene una disposición diferente. Aunque de vez en cuando se cansan de la compañía del otro, Chelsea se asegura de que tengan su propio tiempo y espacio personal.
Las niñas gozan de buena salud, aunque utilizan una silla de ruedas para desplazarse. Actualmente, están aprendiendo a caminar a través de movimientos coordinados en fisioterapia. Uno de los desafíos a los que se enfrenta Chelsea es encontrar ropa que se adapte a su situación única, y a menudo tiene que modificar y coser prendas juntas.
Además, tuvo que obtener un asiento de automóvil personalizado de un hospital infantil en Salt Lake City, que se les quedó pequeño, lo que le obligó a esperar hasta septiembre para obtener un reemplazo.
Chelsea trabaja diligentemente para crear conciencia sobre los gemelos unidos y ha ganado popularidad en las redes sociales, particularmente en 𝚃𝚒𝚔𝚃𝚘𝚔, con más de 205 000 seguidores. Con frecuencia comparte videos de sus hijas disfrutando de la vida y participando en actividades normales como nadar, andar en bicicleta y jugar en los parques infantiles.
Al principio, Chelsea dudaba en hablar abiertamente sobre la historia de sus hijas. Cuando se enteró por primera vez del embarazo, se sintió devastada, pero nunca consideró terminarlo. Inicialmente, ocultaba a los gemelos debajo de una manta en público debido a las miradas de la gente y a las fotografías.
Con el tiempo, se sintió más cómoda hablando de su viaje.
La historia de Chelsea es un testimonio de su amor y dedicación como madre. A pesar de los desafíos, ella es positiva y cree que sus hijas estarán bien porque se tienen la una a la otra.